viernes, 10 de diciembre de 2010

formacion humana

LOS INDECISOS.-

Algunas personas temen tanto equivocarse que prefieren esquivar cualquier riesgo y llegan a vivir como refugiados. No quieren decidir, no quieren arriesgar, se les hace insoportable la responsabilidad .-

Las personalidades tímidas, vacilantes, inseguras, suspiran siempre por tener a sus lados dictadores, aúnque a veces éstos se revistan de la modesta apariencia de consejeros. ¿Qué debo hacer?, preguntan siempre, con la esperanza de que una receta los libre de cualquier desición personal. No quieren decidir, no quieren arriesgar, se les hace insoportable la responsabilidad. Otros son excesivamente razonadores y se ahogan en la perplejidad. Acusan un sorprendente miedo a la realidad. Son individuos que retrasan siempre sus decisiones, porque los paraliza su ansia de seguridad y su terror al riesgo. Siempre les parece que aún no han reflexionado suficientemente.-
UNA EDUCACION EQUIVOCADA
Quizá son personas que fueron educadas con excesivas dureza o con blandura, y que sufrirán mucho en su vida a consecuencia de este apocamiento de carácter. Es como si hubieran quedando heridas en el núcleo de su personalidad. Y son heridas que sangrarán por mucho tiempo y que harán difícil asumir el riesgo de sus decisiones personales y superar el desánimo de posibles frustraciones.-
El verdadero consejero, el verdadero educador, jamás debe dejarse seducir por esa suerte de compasión que lo llevaría a limitarse a prescribir acciones, recetar criterios e imponer conductas. Educar exige ayudar al perplejo a reconocer su verdadero problema, dejándole luego la responsabilidad de tomar él mismo sus decisiones. Sin embargo, para algunos padres y educadores la gran norma pedagógica parece ser ésta: en caso de duda, apueste usted por estarse quieto. Una mentalidad de gran resistencia a complicarse la vida, un talante de desusada exigencia de garantías. Tanto temen equivocarse, que prefieren esquivar cualquier riesgo y llegan a vivir como refugiados: se vuelven un poco solemnes y secos, quizá perfectísimos y  superprevisores, vivirán con un método y una higiene absolutos, pero quizás eso no sea vivir.-
SABER ASUMIR LOS RIESGOS
No se trata de apostar por la irreflexión, la frivolidad o el aventurismo barato. Pero cualquier objetivo medianamente valioso está rodeado de unas tinieblaspor las que hay que avanzar en terreno desconocido.
Toda empresa, todo camino en labitualmente vida, tiene algo de riesgo, de apuesta, de salto en el vacío, y es preciso asumirlo. Si no, más vale quedarse en la cama por el resto de la vida. Para no quedarse habitualmente paralizados ante la duda; para no tirar la toalla a la primera dificultad ; para no cambiar inmediatamente de objetivo en cuanto éste se presenta costoso; para todo eso es preciso educar y educarse  en un ambiente de cierta resolución ante los habituales problemas de la vida. Imponerse el cumplimiento de actos que a uno le cuestan, obligarse a decidir a un plazo determinado, no sustraerse a la realidad, por dura que sea. Así, poco a poco, la voluntad indecisa se irá consolidando.-

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