martes, 15 de noviembre de 2011

TRANSFORMACION DE UNA PERSONA

LA GRACIA DEL AMOR FRATERNO.- Señor Jesùs. fue tu gran sueño: que fuèramos uno como el Padre y tù, y que nuestra unidad se consumara en vuestra unidad. Fue tu Gran Mandamiento, Testamento final y bandera distintiva para tus seguidores: que nos amaramos como tu nos habia amado; y tu nos amaste como el Padre te habia amado a ti. Esa fue la fuente, la medida y el modelo. Con los Doce formaste una familia itinirante. Fuiste con ello sincero y veraz, exigente y comprensivo, y, sobre todo, muy paciente. Igual que en una familia, los alertaste ante los peligros, los estimulaste ante las dificultades, celebraste sus exitos, le lavaste los pies, les serviste en la mesa. Nos diste, primero, el ejemplo y, despues, nos dejaste el precepto: amaos como os ame. En la nueva familia o fraternidad que hoy formamos en tu nombre, te acogemos como Don del Padre y te integramos como Hermano nuestro, Señor Jesus. Tu seras, pues, nuestra fuerza aglutinante y nuestra alegrìa. Si tu no estas vivo entre nosotros, esta comunidad se vendra al suelo como una construccion artificial. Tu te repites y revives en cada miembro, y por esta razon nos esforzaremos por respetarnos unos a otros como lo hariamos contigo; y tu presencia nos cuestionara cuando la unidad y la paz sean amenazadas en nuestro hogar. Te pedimos, pues, el favor de que permanezcas muy vivo en cada uno de nuestros corazones. Derriba en nosotros las altas murallas levantadas por el egoismo, el orgullo y la vanidad. Aleja de nuestras puertas las envidias que obstruyen y destruyen la unidad. Libranos de las inhibiciones. Calma los impulsos agresivos. Purifica las fuentes originales. Y que lleguemos a sentir como tu sentias, y amar como tu amabas, Tu seras nuestro modelo y nuestro guia, oh señor Jesùs. Danos la gracia del amor fraterno: que una corriente sensible, calida y profunda corra en nuestras relaciones; que nos comprendamos y nos perdonemos; nos estimulemos y nos celebremos como hijos de una misma madre; que no haya en nuestro camino obstaculos, reticencias ni bloqueos, antes bien, seamos abiertos y leales, sinceros y afectuosos y asi crezca la confianza como un arbol frondoso que cubra con su sombra a todos los hermanos de la casa, Señor Jesucristo. Asi lograremos un hogar calido y feliz que se levantara, cual ciudad en la montaña, como señal profetica de que tu Gran Sueño se cumple, y de que tu mismo, Señor Jesus, estas vivo entre nosotros. Asi sea. Amen.- Que esten en Paz y en armonia con las bondades del Señor, que desparrama Amor en todas sus creaciones. Cura y redimite en Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, dueño de la gloria por los siglos de los siglos. ,

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