La vida tiene muchos caminos y hay que distinguir el fin ultimo |
Debemos comenzar a buscar en nuestra vida el |
arte de discernir para que de este modo no nos |
equivoquemos en el seguimiento de Cristo. Fren- |
te al relativismo ético y moral que nos rodea se |
hace urgente que nos preparemos para distinguir |
lo bueno de lo malo. |
El discernimiento es el arte de leer hacia qué |
dirección nos llevan los deseos del corazón, sin |
dejarnos seducir por la emotividad, la cual nos |
puede llevar a equivocarnos en nuestra vida. |
A lo largo de ésta suceden acontecimientos y si- |
tuaciones que nos pueden apartar del camino de la |
santidad. Hemos sido llamados a una vida de amor, |
y si muchas veces no correspondemos a este amor |
es porque el mal espíritu nos aparta del camino. Las |
agitaciones y perturbaciones propias de la vida nos |
hacen perder el fin último, que es conocer todo el |
amor que Dios nos tiene. La vida interior es nada |
menos que descubrir que Dios me ama y se entrega |
por mí para que yo le corresponda. |
la complejidad del ser humano |
Vivimos situaciones complejas que nos pueden |
hacer olvidar que todos aquellos que hemos reci- |
bido la gracia bautismal hemos sido elegidos para |
realizar en esta vida un proyecto divino: Dios nos |
creó para una misión, y si no la realizamos, esta- |
mos estropeando el plan de salvación. He aquí la |
importancia de considerar atentamente que cada |
vez que actuamos podemos edificar o destruir to- |
da la obra de Dios. Una palabra, un gesto, un tra- |
bajo, se proyectan temporal, eternamente. |
"La complejidad de las situaciones en las que el cris- |
tiano es llamado a vivir y actuar para realizar el pro- |
yecto de Dios sobre sí y sobre los demás le impone |
una consideración atenta de los impulsos y de las mo- |
tivaciones que lo llevan a obrar determinadas eleccio- |
nes" (cf. A. Barra, Diccionario de Espiritualidad). |
"Debemos reconocer primeramente que el |
hombre es siempre un 'ser-en-situación'. Situación |
personal (salud, edad, carácter, etc.), ambiental y |
en un determinado momento del desarrollo de la |
humanidad [...]. El discernimiento, por tanto, es |
una actividad de la conciencia y culmina en una |
opción libre sobre la situación presente y sobre las |
posibilidades que encierra" (J. Capellaro). |
"Lo que es bien para uno, no es bien para otro, |
y lo que es mejor para uno no lo es para otro. |
¿Cómo reconocer los signos de Dios en una de- |
terminada situación y sobre todo frente a ciertas |
elecciones?" (Diccionario de Espiritualidad). |
¿Qué es el hombre redimido? |
Nuestra vida -la tuya y la mía- está hecha de pensa- |
mientos, de sentimientos, de actividades; nos relacio- |
namos con los demás, con las cosas, con el mundo. |
Pero aquí no se termina todo: hay en nosotros una |
nueva vida, la vida divina injertada en el Bautismo. |
La vida cristiana, como enseña san Pablo (cf. |
Rom 3, 6-8), tiene en su origen tres realidades |
que se integran y suscitan en nosotros una ac- |
ción vivificadora y santificadora de Dios:la fe |
en Jesucristo, el Bautismo y el don del Espíritu |
Santo. Estas realidades establecen con la natu- |
raleza humana una relación dinámica, llamán- |
dola a la salvación. El Bautismo, que nos impo- |
ne caminar en una vida nueva como hijos de la |
luz, liberados del pecado, injertados en el |
Cuerpo de Cristo, nos exige el papel de discer- |
nir continuamente la voluntad de Dios (Ef 5, |
8.10.17), y eso es posible en la medida en que |
recibimos el Espíritu Santo (Rom 8), quien nos |
permite pasar de la niñez de la fe a la del hom- |
bre "perfecto y maduro". Sin embargo existirá |
siempre una continua confrontación del espíri- |
tu cristiano con el espíritu humano. |
¿Qué es el discernimiento? |
El apóstol Pablo exhortaba a los creyentes a po- |
ner a prueba los espíritus para comprobar si eran |
de Dios (1 Juan 4,1-3). Con igual propósito, Pablo |
aconsejaba a los tesalonicenses: "Examinadlo todo; |
retened lo bueno" (1Tes 5, 21). A medida que Dios |
manifiesta su poder, Satanás hará todo lo posible |
para destruir la obra divina, de modo que se hace |
imprescindible el discernimiento, unido a la ense- |
ñanza de las Sagradas Escrituras. El discernimiento |
de espíritu figura como uno de los dones en la lista |
indicada por el apóstol Pablo (1 Corintios 12,10). |
Muchos actúan sin saber lo que hacen y aca- |
ban sufriendo y haciendo sufrir. Por eso es funda- |
mental distinguir las voces del buen y mal men- |
sajero, para escoger con libertad y actuar nor- |
malmente, para entender cuál es el bien aquí y |
ahora. No nos engañemos, no basta actuar: en la |
vida debemos distinguir qué nos hace más per- |
fectos en el cumplimento del plan que Dios tiene |
sobre cada uno de nosotros. |
'Reflexionemos |
El discernimiento espiritual no es un ejercicio |
complicado. Todos los días y a toda hora estamos |
ante situaciones que lo exigen en cierto grado. Lo |
importante es que vayamos aprendiendo de la expe- |
riencia diaria y vayamos haciendo nuestros, de una |
manera más consciente, los valores del Evangelio pa- |
ra acertar en nuestras búsquedas de la voluntad de |
Dios a cada instante. En este sentido, sabe discernir |
quien se haya habituado a preguntarse constante- |
mente, ante los dilemas cotidianos, por aquello que |
el Señor habría hecho ante una situación similar. |
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